Adrián Pallares y Rodrigo Lussich, a solas con Susana Giménez después del estreno

Nos tocó estar entre los privilegiados invitados a la primera noche de función dePiel de Judas.
Susana Giménez nos recibió en su camarín rodeada de afectos: su hija, Mecha,  siempre cerca, atenta a cada detalle y necesidad de su mamá, a quien vimos emocionada como pocas veces. También estaba su nieta, Lucía Celasco, con su novio, Joaquín Rozas.


Contenta y radiante, cuando Susana volvió del escenario tras la ovación del saludo final de su estreno, tuvo el afecto de su querido amigo Ricardo Darín, con su mujerFlorencia Bas.

Y, por supuesto, su amigo y director Arturo Puig, junto a Selva Alemán. Y el entrañable Gustavo Yankelevich, productor del espectáculo, feliz por una noche donde todo salió a la perfección.
También estaban Celia Sofovich, Anita Tomaselli y más amigos. Mauricio Macri y Juliana Awada  fueron a saludar a la diva al camarín.

Susana nos recibió con su mejor sonrisa y agradecida. Le dijimos que la vimos hipnótica en el escenario. Cada parlamento suyo hacia estallar la platea repleta de bote a bote en el Lola Membrives. Dueña del carisma arrollador que caracteriza una trayectoria ineludible, en teatro Susana se potencia en cada gesto, cada palabra, cada mirada; caminando, posando y hasta en su faz dramática que le hace lucir su pasta de actriz.

Susana arranca carcajadas todo el tiempo. La gente la aclama, aplaude cada entrada y salida, cada cambio de vestuario impecable y lujoso; y cuando "Marion" hace su quiebre final en el desenlace, la platea directamente estalla.

Sofisticada y popular, la puesta de Arturo Puig no tiene fisuras. Lo que vimos no parecía un estreno sino una obra aceitada y rodada. El elenco la acompaña a la perfección y es la gran consagración de Susana Giménez frente a un público que la adora.

Rodrigo Lussich y Adrián Pallares

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