Condenaron a cadena perpetua al asesino del florista de Susana Giménez

"El que mata tiene que morir", fue la polémica frase que dijo frente a los medios, más furiosa que nunca, Susana Giménez cuando se enteró del crimen de su querido amigo y florista, Gustavo Lanzavecchia.


Juan Ibáñez Navarro (23), uno de los acusados de participar en el robo y posterior crimen de Gustavo Lanzavecchia (32), el decorador y florista de Susana Giménez asesinado en su casa de Lomas del Mirador en 2009, fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de La Matanza a la pena de prisión perpetua, al encontrarlo culpable del delito de "robo agravado por el uso de arma de fuego en concurso real con homicidio calificado criminis causa". Del primer juicio, llevado a cabo en abril de 2009, no había participado porque se encontraba prófugo.

Por este hecho, el 8 de abril de 2009 fueron condenados por el Tribunal Oral Criminal 5 de La Matanza los imputados Roberto Leiva a la pena de prisión perpetua por homicidio criminis causa, y Freddy Chena Paredes (22) por robo agravado por uso de armas, quien había recibido en aquella oportunidad 10 años de prisión.

Disconformes con el fallo, el abogado de la familia de la víctima, Marcelo Biondi, interpuso por esa última condena un recurso de Casación dado que había considerado que el hombre también había participado en el homicidio de Gustavo. Así, en un fallo inédito, el Tribunal de Casación Penal Bonaerense agravó el pasado 22 de mayo la pena de Paredes y lo condenó a prisión perpetua.

Navarro fue detenido en octubre de 2012 en Córdoba, luego de estar prófugo de la Justicia. En esa oportunidad lo capturó una comisión de la Policía de Buenos Aires en colaboración con la local de Arroyito, localidad situada a 129 kilómetros de la capital de la provincia.

El crimen del decorador sucedió la tarde del 27 de febrero de 2009, en una casa ubicada en Charcas 3722, cuando tres hombres le robaron, lo golpearon hasta desmayarlo, lo maniataron y le taparon la boca y lo tiraron a la pileta. La autopsia realizada al cuerpo determinó que murió ahogado.

El día del asesinato, en declaraciones a la prensa, Susana Giménez había pedido "terminar con los derechos humanos de los delincuentes" y en aquel momento dijo que "el que mata, tiene que morir". Horas después, tras las repercusiones de sus dichos, salió a aclarar que no quería la pena de muerte porque es católica. "Tampoco quiero que alguien que mata tenga un mes de 'cana' porque tiene 18, 16 o 15 años. Se necesita una mano más fuerte. Es lo que piensa todo el país", había agregado.

Fuente: Diario Clarín

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