2013: el año en que los periodistas eliminaron a los famosos

Tapas de revistas, contenido de espectáculos o magazine, visitas en YouTube y cantidad de seguidores en Twitter, lo certifican. El protagonismo del mundo del espectáculo ha virado hace un tiempo hacia aquellos que antes lo relataban.


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Como muestra de este fenómeno, un buen ejemplo es Marina Calabró. Esta semana, fue protagonista de varios episodios: sus encuentros con Daniel Tognetti, la amenaza de un productor de Susana Giménez, la feroz pelea entre Andrea Rincón y Mónica Farro, y una fingida discusión con su compañera Marcela Feudale, para salir antes de Infama, viajar a Brasil y posar con poca ropa para una revista. Todo esto sin contar el episodio anterior: su pelea con su hermana actriz, por la vinculación de su cuñado Fabián Rossi en la investigación de Jorge Lanata sobre “la ruta del dinero K”.
Sin embargo, los iniciadores de la tendencia fueron Jorge Rial y Viviana Canosa. Primero fue la guerra entre ellos que duró una década, con acusaciones fuertes de ambos lados. Y luego, una vez celebrado el cese del fuego cruzado, sus vidas personales comenzaron a ocupar las tapas de las revistas y a completar cada vez más espacio en los sitios especializados en el mundo del espectáculo. Rial fue noticia y portada tras el divorcio de su esposa y su nuevo romance con Mariana Antoniale, sus vacaciones con ella por Europa, la lucha por la tenencia de sus hijas, y los planes matrimoniales con Loly. Canosa fue tema por su separación, su romances con “el millonario conde belga” y Alejandro Borensztein, por el despido de sus panelistas, su embarazo, la salida abrupta de Canal 9 y, obviamente, por su maternidad.
Pero esta moda no se circunscribe solo al mundo del chimento, conflictos entre periodistas de otros rubros también generan amplio interés. Uno de los casos, es el de los periodistas deportivos versus técnicos o futbolistas (Maradona-Toti Pasman). No sólo rellenan la programación de los canales de cable especializados o los ciclos sobre el tema, sino que hasta terminaron muchos de ellos, detallados con algún plus, en distintos libros.
Los noticieros no son la excepción. Años atrás, sus conductores sólo se convertían en noticia cuando ganaban un Martín Fierro, o protagonizaban un romance: desde Mónica y Cesar, pasando por Guillermo Andino y Karin Cohen, hasta Cristina Perez y Joaquín Furriel. Hoy Cristina Pérez es actriz y denuncia censura en una emisora radial, Mónica Gutiérrez realiza descargos contra otros colegas desde el noticiero, Claudio Rígoli protagoniza un portfolio sexy, Germán Paoloski es seguido por la prensa para conocer sus romances, y así la lista hacia el infinito. Ni hablar de profesionales como Jorge Lanata Víctor Hugo Morales, que se convirtieron en personajes para sendas biografías que fueron best-seller. Esos lugares antes los ocupaban Susana Giménez o Mirtha Legrand.
Un capítulo aparte, merecerían las internas de esta semana entre los periodistas de policiales. De un canal a otro, se arrojaron dardos envenenados, en el medio de la investigación del asesinato de Ángeles Rawson. Fanáticos de la sangre, ¡buscándola entre ellos mismos!
Más allá de los detalles, todos los que tienen la posibilidad de producir contenidos reconocen queel motivo de todo esto es claro: rating, ventas de revistas, visitas en los portales, etc. En estos últimos tiempos, los famosos actores, vedettes y cantantes (tradicionales protagonistas) pasaron a un segundo plano, por desinterés de ambos lados. Y por lo poco que generan en esta materia.
Sin dudas, en el 2013 brilla la farandulización del periodismo.

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